Cómo superar el perfeccionismo paralizante que te impide avanzar

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Todos llevamos dentro un perfeccionista. Es esa voz interior que quiere que todo esté de 10.

  • Redactas un post y tiene que ser el mejor de la historia
  • Haces un plan y tiene que ser lo más divertido del mundo
  • Emprendes un negocio y todo tiene que ser de color de rosa

Estimado perfeccionista, siento decirte que esto no funciona así.

A ver, todos llevamos un perfeccionista por dentro, alguien que nos empuja a elevar la calidad de nuestros estándares. Y esto es bueno hasta cierto punto.

Al principio tus posts van a dar pena, algunos planes serán aburridos y tu negocio puede darte quebraderos de cabeza.

Y cuando tengas experiencia y conocimiento, no te compensará trabajar mucho más para que el trabajo esté mínimamente mejor.

Llega un punto en el que ya no merece la pena seguir invirtiendo tu energía en algo. Ya has hecho la tarea y está bien. Mejor hecho, que perfecto.

A ver, todos llevamos un perfeccionista por dentro, alguien que nos empuja a elevar la calidad de nuestros estándares. Y esto es bueno hasta cierto punto.

Te recomiendo que optes siempre por el producto mínimo viable. La metodología Lean Startup.

No sirve de nada autoexigirte demasiado.

Quizá ya lo sepas pero, aun así, lo sigues haciendo.

¿Qué es el perfeccionismo?

La Wikipedia dice lo siguiente: «En psicología, el perfeccionismo consiste en la creencia de que se puede y se debe alcanzar la perfección. En su modalidad patológica es convicción de que cualquier cosa por debajo de un ideal de perfección es inaceptable».

Por tanto, el perfeccionismo es una creencia que aboga por alcanzar la perfección en todos los aspectos de la vida.

Esto lleva al perfeccionista a una profunda insatisfacción, ya que pretende alcanzar una quimera.

El engaño del perfeccionismo

El perfeccionismo quiere hacerse amigo tuyo. Llega con su cara sonriente y te dice que eres muy inteligente y que puedes hacerlo genial. Hasta aquí todo bien.

Luego, cuando ya está la tarea hecha y bien hecha, te dice que puedes hacerlo mejor.

Dedicas más esfuerzo y tiempo y te queda una tarea cojonuda, de sobresaliente.

¿Se conformará el perfeccionista? No.

“Vale, Franck. Has hecho un gran trabajo, pero ¿por qué no lo haces de matrícula de honor y dejas a todos boquiabiertos?”

Al final cedes. Has dedicado más tiempo a perfeccionar la tarea que hacerla.

En resumen: has perdido el tiempo.

Y ahora el perfeccionista que llevas dentro te dirá que esto no es verdad, que estoy exagerando y que cierres el post.

¿Sabes lo que pasará si lo haces?

Empezarás a ser muy crítico, contigo y con los demás. Nunca estarás satisfecho; siempre tendrás la sensación de que te faltan cosas por acabar. Terminarás teniendo una energía bastante negativa en el día a día de tu proyecto.

Es cuando realmente este perfeccionista se vuelve demasiado tirano que ahí entramos en problemas.

Vas a estar paralizado porque cualquier cosa que hagas. Nunca alcanzarás un nivel de calidad suficiente para el perfeccionista que llevas dentro.

Cómo dejar de ser perfeccionista

El perfeccionismo es como un amigo traidor, como una persona interesada o un artículo de imitación: promete lo que no es.

Promete que cuando lo hagas estarás super satisfecho, pero siempre quiere más.

Es super común en los emprendedores.

Pasamos por fases en el que realmente estamos comido por el perfeccionismo que llevamos dentro. ¿Cómo corregir esto?

Bueno, primero hay que volver a las bases de cualquier aprendizaje.

Y cualquier aprendizaje pasa por las tres M:

  • empezamos haciendo una cosa Mal
  • luego la hacemos Mejor
  • y terminamos haciendo esta cosa de forma Magistral (si lo hacemos durante el tiempo suficiente).

Piensa, por ejemplo, en cuando aprendes un idioma, cuando aprendes un instrumento de música, cuando has aprendido a pasear en bicicleta o a nadar.

Al principio fatal, a la semana ya mucho mejor, al mes ya nadas casi perfectamente, ¿de acuerdo?

Pero luego, ya si quieres transformarte en un campeón y hacer competiciones, es probable que necesites 10 años de entrenamiento para llegar a tener un nivel requerido para competir a nivel nacional o internacional.

¿Entiendes cómo funciona?

Entonces, acepta que el proceso de aprender una cosa siempre pasa por ejecutar algo de forma incorrecta al principio. Con la repetición, vas a progresar muy rápido.

De esta forma, vas a disfrutar mucho más de tu proyecto, vas a juzgarte menos y a aceptar que lo que estás ejecutando en cada momento es lo mejor que puedes hacer.

Deja de mirar lo que te falta y empieza a valorar todo lo que has logrado hasta la fecha, aunque no sea perfecto.

El perfeccionismo es totalmente contrario a los negocios fáciles y rentables desde casa.

«Bien es siempre mejor que perfecto», es lo que digo siempre a mis alumnos.

Cómo superar el perfeccionismo

Para superar el perfeccionismo, sigue estos 5 pasos:

1. Acepta que la perfección no existe

De esta forma, dejarás de buscarla patológicamente. Al menos en teoría.

Si quieres mentalizarte de ello, hazte la siguiente pregunta: ¿Cuándo he hecho algo totalmente perfecto?

Si eres honesto, te darás cuenta de que nunca ocurrió. Y de que nunca lo hará.

Tomar consciencia de tus limitaciones, te hará libertarte de la presión tan grande que tú mismo te impones.

2. Valora tus progresos

En la vida, las cosas que merecen la pena, llevan trabajo y esfuerzo.

Valorar cada uno de los pasos que das, cómo te vences para superar la pereza, el cansancio o las distracciones, te hará ser más positivo y ver las cosas de otra manera.

A esto te puede ayudar mucho llevar un control de tus tareas con herramientas como Trello. También te recomiendo que tengas un cuadro de mando integral para ver los avances tu proyecto.

3. Pasa a la acción

Los perfeccionistas tendemos a darles muchas vueltas a las cosas. Somos pensadores compulsivos.

Esto nos lleva a la parálisis por análisis. De tanto analizar las posibilidades, nos bloqueamos y terminamos no haciendo nada.

Para evitar que te ocurra esta situación, tómate unos minutos para pensar lo que vas a hacer y empieza a hacerlo.

No des tiempo suficiente a tu mente para divagar.

4. Disfruta del proceso

Si eres perfeccionista, de forma natural, también eres resultadista.

Te importa demasiado el resultado final. Le das un valor desmedido. Eres capaz de lograr un gran hito y a penas disfrutar del proceso. Lo consigues, te alegras 5 minutos y al siguiente.

Tu alegría dura menos que un caramelo a la puerta de un colegio.

Si quieres dejar de ser perfeccionista, disfruta de cada paso hacia la consecución de tus metas, ya sean metas personales u objetivos profesionales a largo plazo.

5. Sé paciente

Dicen que la paciencia es la madre de la ciencia. Y es que si los científicos no fueran pacientes no habrían descubierto nada. Se cansarían y tirarían la toalla.

Ese es uno de los riesgos de las personas perfeccionistas: si se dan cuenta demasiado pronto de que la excelencia no está a su alcance, abandonan.

La mejor forma de luchar contra esto es cultivar la virtud de la paciencia.

Nadie nace aprendido. La excelencia no se alcanza de la noche a la mañana.

Así es como puedes superar el perfeccionismo que te impide avanzar a la velocidad que quieres cuando desarrollas tus proyectos, bien personales o profesionales.

Es un proceso que lleva tiempo y aprendizaje. Disfrútalo.

Si quieres saber cómo controlar tu mente para usarla a tu favor y reinventarte profesionalmente, apúntate a este training gratuito.

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